lunes, 1 de septiembre de 2014

Carcassonne

Bueno bueno bueno... Pues como lo prometido es deuda, esta semana os traigo otra fotografía, un tanto diferente a la de la anterior semana.
Esta la tomé durante mi visita a Carcassonne durante la Semana Santa de este año 2014.
Decidimos visitar este rinconcito de Francia porque es la cuna de la cultura de los Cátaros y nos fascina. Si habeis visitado esta ciudad sabreis que se compone por La Cité, que es la zona más antigua pues fue construida en la Edad Media, se encuentra amurallada y en un turón, y la parte nueva, que se encuentra fuera de la muralla y bajo este turon.
Os dejo la foto a continuación, espero que os guste.



Datos generales:
  • Lugar: Muralla de La Cité, Carcassonne
  • Cámara: Nikon 3100D
  • Objetivo: 18-55 mm
  • Distancia focal: 28,0 mm
  • Diafragma: 6.3
  • Velocidad de obturación: 0.8 segundos
  • Sin trípode
  • ISO: 100
  • Enfoque: Manual
  • Flash: No se disparó

Esta foto es especial para mi por el sitio de su toma. La ciudad de Carcassonne, es muy bella y a la vez todo te evoca a la Edad Media, paseas por sus calles asfaltadas con piedras, paseas por sus callejones, algunos más estrechos que otros, hay algún que otro espectáculo con juglares en las plazas y paseas por sus murallas como si fueras un antiguo caballero cátaro, o una bella princesa y te recuerda a épocas mágicas. A peleas de caballeros, a juglares, malabaristas, personas jugando con fuego... Y cuando la luz del Sol ya no te ilumina y tan solo ves por la luz artificial, si cierras los ojos notas como todos esos momentos y actividades que eran cotidianas vuelven a ti como si aun estuvieran presentes ahí, como si el tiempo no hubiera pasado para esa pequeña población amurallada.

La historia de esta foto viene porque salíamos de cenar de un restaurante céntrico y mis padres y yo nos disponíamos a dar una última vuelta antes de abandonar la ciudad para volver al hotel, así que íbamos calle abajo en dirección a las murallas cuando de repente vi gente congregada en la muralla y algunas llamaradas de fuego, sí, había una hombre haciendo malabares con un palo con los extremos en llamas, así que tal y como siempre hago, preparé la cámara dispuesta a captar el momento. Por desgracia para mí, tenía el trípode en el coche y no podía ir a buscarlo, así que como pude me apoye en una parte del puente que une la ciudad con los alrededores, ajusté la cámara y empecé a disparar rezando para que al menos una foto no me quedara movida y se viera el fuego.
Después de casi diez fotos, los temblores en las manos por intentar aguantar la cámara sin que se moviera y que no se quemara la foto conseguí este pequeño tesoro.
A mí sin lugar a dudas me transporta al Medievo, ¿y a vosotros/as?
Os agradecería cualquier tipo de comentario tanto si os ha gustado como si no! ^.^

La semana próxima os traigo otra foto, diferente a esta, así que ¡¡hasta la próxima!!

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